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Si estás atravesando por el doloroso proceso de un divorcio, en este artículo encontrarás información valiosa para saber qué debes hacer durante el divorcio, cómo superarlo y llevar de la mejor manera el proceso. Este tema tiene la finalidad de aportar algo útil para ti mientras recorres este camino.
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Nuestra naturaleza de ser humano no nos permite ver situaciones negativas, lo ideal es esperar únicamente cosas buenas, aunque en el fondo sabemos que no siempre es así, ya que la vida es como una ruleta; y es que, para nadie es agradable recibir una notificación de divorcio.
Con esto, vienen los cuestionamientos… ¿qué va a pasar con los hijos?; ¿qué hice mal?, o, ¿cómo voy a superar esta pérdida? Aunque esta última es más bien una pregunta que usualmente no nos hacemos, ya que nos encontramos inmersos en el problema, o tratando de negarlo con frases como: ¡a mí no me puede estar pasando esto!, y prácticamente olvidamos todo. Pero, una vez que se acepta que no hay marcha atrás, ¿cómo supero estas fases tan dolorosas del divorcio?
Bien, aquí lo primero es aceptar la realidad, ya que por más doloroso que suene, es la única forma de comenzar a prepararse, o al menos, detectar la gran tribulación de emociones que se nos vendrán encima.
Porque por más que una separación sea de forma voluntaria, siempre existirá un duelo de separación, ya que son emociones que todo ser humano experimenta de forma involuntaria, en cualquier situación desastrosa, dentro de un contexto determinado.
Más adelante examinaremos las etapas y las desmenuzamos una por una; de esta forma quedará más claro y veremos por dónde va la cosa.
Para lograrlo es necesario adaptarse a las circunstancias. Aceptar los problemas que esto conlleva y los que ya están presentes. Aunque es un proceso muy doloroso y es difícil poder entenderlo, el aceptarlo hará más llevadero todo. Durante las etapas podemos enfrentar no sólo factores emocionales, sino fisiológicos, físicos y de conducta.
En esta fase, la persona padece un fugaz embotamiento emocional, preguntándose si es verdad o no lo que está sucediendo; la situación puede ser el mecanismo de afrontamiento y la negación es el mecanismo de defensa que la persona llega a presentar.
Una vez que la persona está en la etapa final de la negación, usualmente va acompañado de sentimientos de impotencia, culpa y frustración; aquí la persona buscará atribuir la responsabilidad a terceras personas, o la misma persona se puede sentir responsable.
Usualmente la persona espera que todo se arregle de forma que no haya cambios en la vida del matrimonio. En muy pocos casos la persona asumirá rápidamente, que no hay marcha atrás.
La etapa de depresión es la más difícil, ya que aquí usualmente ha pasado el proceso legal del divorcio. Es en este punto donde la persona se siente más sola que nunca, con desesperanza; de ahí la depresión que hay que vivir y llorar para poder sanar.
Lo adecuado es asistir a una psicoterapia, y en casos muy extremos, asistir con un psiquiatra, que tratará temas de fármacos, en caso de requerirse.
Es la fase donde vuelve el estado de calma para las parejas que han atravesado esta pérdida; es donde cada uno asume que hay que tomar caminos separados, se llega a comprender que son situaciones pasajeras de la vida.
Como hemos comentado, los seres humanos estamos habituados a negar lo malo, y qué decir de los duelos que ya de por sí, son parte del crecimiento emocional de cualquier persona.
Pero, qué pasa si mi matrimonio era feliz y de un día para otro la pareja llega y dice: ¡lo siento, quiero divorciarme! Nadie está listo para esta frase tan cruda, así que el cuestionamiento es, ¿cómo supero el divorcio que no pedí?
Bien, lo que usualmente nos duele, es quizás el cariño por la pareja, especialmente si hay hijos de por medio. Para esto algunas recomendaciones importantes para tener en cuenta son las siguientes:
Ya hemos escrito a grandes rasgos acerca de cómo superar el divorcio. Sin embargo, algo que sucede con regularidad, es preguntarse si la edad influye en algo para tomar en cuenta cómo poder recuperarnos. Y es que en cuestiones emocionales, no es lo mismo un divorcio donde la pareja tiene 30 años dentro de un matrimonio, a un matrimonio con más de 50 años.
De cualquier forma, 30 años es una cantidad considerable, en especial cuando has entregado tu vida entera al matrimonio, la crianza de los hijos, etcétera. Además, influyen muchos aspectos que sería bueno revisar lentamente.
Tomando en cuenta todo esto, te dejamos algunos tips para enfrentar el divorcio durante distintas edades, pues se reitera que un divorcio nunca es fácil, a ninguna edad.
Lo primero es no sentirse culpable, en ambas partes. Habrá una razón para sentirse mal, o preguntarse qué fue lo que sucedió; en todo caso, una de las principales preocupaciones es saber la reacción que la pareja pueda tener, y lo que será de los hijos, en caso de haberlos.
Es recomendable poner en la mesa cuáles son las cosas positivas de estar divorciado a los 30; tratar de hacer actividades que se dejaron de hacer; por ejemplo: hacer ejercicio, salir con los amigos, visitar viejas amistades, etcétera.
Es importante que exista una aceptación real, ya que hay personas que a modo de venganza suelen hacer cosas que no son correctas, y a largo plazo, pueden ser perjudiciales en cuanto a las emociones.
Lo importante es sobrellevar y superar las etapas ya mencionadas, tratar de seguir adelante una vez aceptada dicha situación.
Hablar de cómo superar un divorcio a los 50 años son palabras mayores, ya que en esta etapa usualmente los matrimonios pueden tener más de 30 años juntos. ¿Es fácil recuperarse? Por supuesto que no.
Divorciarse a los 50 significa que ya han pasado varios años, así que lo primero es comenzar por la aceptación de dicha situación. No siempre es fácil, sin embargo, se pueden realizar actividades como: hacer cosas que te agradaban en la soltería, buscar viejas amistades.
Y lo principal es buscar la ayuda profesional necesaria, no siempre es fácil sobrellevar estas situaciones, inclusive en ocasiones no se superan.
Divorciarse a los 60 años no es fácil, significa que has entregado gran parte de tu vida al matrimonio, Al igual que a los 50, en esta etapa las parejas prácticamente han terminado varios procesos, por ejemplo, la obligación con los hijos, el trabajo, etc.; podríamos decir que para la pareja es momento de descansar. Sin embargo, con un divorcio de por medio, las cosas cambian.
Aquí lo recomendable es visitar a un profesional de la salud. Ocasionalmente son etapas muy duras, porque ya de por sí muchas parejas están atravesando otros procesos ya mencionados.
Los principales aspectos a tomar en cuenta en un divorcio donde los hijos están de por medio, son los siguientes:
Cuando los hijos son pequeños es importante tener en cuenta cuatro puntos, que valdría la pena revisar.
Se refiere a que, como pareja, se tienen que tomar de forma adecuada las decisiones, no se recomienda utilizar a los hijos en los propios conflictos, sería como un ring donde los hijos son los que están entre la espada y la pared.
Tener un mutuo acuerdo con la pareja es muy importante, y a la larga resulta la decisión más conveniente. Como padres, lo menos que buscamos es dañar a los hijos, ya que de por sí, es muy difícil para ellos atravesar por este proceso.
Es importante hacerle ver a los hijos que para nada son ellos los culpables de que la ruptura se dé; es muy común que los niños en edades tempranas suelan sentirse responsables. Así que sería bueno no tomar a la ligera este tip.
Elegir la mejor opción de custodia para los hijos es lo mejor que se puede hacer en este proceso, sobre todo, por el bienestar de ellos. Sssería bueno ser lo más honrado posible a la hora de recibir cualquier observación por parte del juez, si sabemos que nuestros hijos estarán mejor con papá, o mamá, hay que ver la situación de forma clara, y no actuar por interés propio, dicho de otra forma, aceptar la realidad.
En esta etapa importa mucho ayudar a los menores a manejar sus sentimientos de forma adecuada, lo más conveniente es visitar a un psicoterapeuta familiar, ya que ellos se encargarán de revisar toda la estructura familiar, y en todo caso, brindará las herramientas necesarias para que los menores y adolescentes salgan bien librados. Ya que de no manejarse bien el proceso, las consecuencias pueden ser bastante desfavorables.
En esta edad, casi siempre puede aparecer cierta confusión, pero si el divorcio es por mutuo acuerdo, quizás sea mejor aceptado. Sin embargo, no siempre es así, aunque a veces los hijos en esta etapa ya se han ido del hogar. De cualquier manera, los padres tendrían que manejarlo con cautela y no culpar a nadie.
Los sentimientos de confusión en hijos mayores podrían ser los siguientes: sentimiento de culpabilidad, pensando que los padres estuvieron juntos durante años por obligación, Pese a todo, sería bueno hacerles ver cuál es la verdadera razón; en esta edad es comprensible para cualquier persona mayor de edad.
Aunque resulte extraño, los hijos adultos, en esta etapa de divorcio, podrían sentir cierto estrés y ansiedad. Y es que casi siempre la pareja ha llegado a una edad más madura, y son muchos los pensamientos que azotan a los hijos. Se pueden dar cuestionamiento como: ¿qué será de mi madre? ¿podrá mi padre estar solo?, y comentarios por el estilo. Así que, lo recomendable es que, como pareja, se hable de forma clara a los hijos.
Lo recomendable es pasar algún tiempo sin pareja, ya que esto ayudará a que las emociones vuelvan a su lugar. En general sirve para darse cuenta de quién se es en realidad; qué es lo que realmente buscas de la vida; etcétera.
Es momento para estar solo; buscar respuestas; meditar; buscar actividades recreativas que sean muy benéficas. Un punto realmente provechoso es preguntarse qué es lo que falló en la relación, modificarlo, y seguir con la vida.
Una vez que hayas pasado un buen tiempo solo, es momento de reactivar la vida social; siempre es bueno salir y conocer gente nueva, motivarse y aprender de los errores, en caso de haberlos. Eso sí, no olvidarse de asistir con el terapeuta.
Aplica lo mismo, principalmente es dejar pasar un tiempo, estar a solas. Si te gusta meditar está bien; también puedes salir a caminar, ir a la playa y sentarse a reflexionar, esas cosas funcionan.
Estar solo es sinónimo de pensar, de analizar qué se ha hecho mal y qué se ha hecho bien. En ocasiones son más las cosas positivas que las negativas y esto motiva.
Sal a beber café con las amigas, a platicar y por supuesto, puedes visitar periódicamente a un terapeuta familiar.
Sucede cuando el individuo no ha superado de forma correcta las cinco etapas ya mencionadas.
Si no existe una aceptación de que el divorcio es real, jamás se podrá superar, y esto puede llevar a la persona a tener conductas poco comunes e inadecuadas; por ejemplo: dependencia de alcohol o de medicamentos “para sobresalir”.
En casos extremos, drogadicción y falta de interés por actividades comunes como el trabajo, o depresión constante; pero, habría que revisar a fondo el caso específico de cada persona.
¿Cómo afecta el divorcio a mis hijos?
Es indudable que habrá cambios a nivel social y emocional del niño, por eso lo más adecuado es asistir a la psicoterapia familiar. Hacerle ver al niño que, si bien son situaciones dolorosas, son superables.
¿Qué hacer después del divorcio?
Al finalizar un proceso de este tipo muchas personas suspiran, ya que se ha terminado. Sin embargo, el primer paso es rehacer la vida personal, buscar ayuda de un profesional y por supuesto, ayudar a los hijos.
¿Divorcio, cómo superarlo?
Aceptar de forma honrada que hay un proceso emocional; en este caso, vivir cada etapa. Entender que el dolor es parte primordial de la vida de cualquier ser humano, es una forma de aceptación.
¿Qué hago si no puedo superar la pérdida de la pareja?
Busque ayuda profesional, será más fácil y en todo caso, éste determinará si necesitas de algún psiquiatra que te ayude con el tema de los fármacos.
¿Mis hijos pueden visitar a un especialista?
Por supuesto que sí; de hecho es recomendable trabajar de forma conjunta este proceso.
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