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Una de las mayores preocupaciones que pasamos los padres, cuando nuestra relación conyugal llega a su fin y sobre todo cuando tenemos hijos. Es el no saber qué hacer o que va a pasar con ellos. Es por ello que realizamos la presente guía con el apoyo de nuestros expertos en derecho familiar y mediación de conflictos denominada Divorcio con Hijos, con el siguiente contenido.
Por lo que te invitamos, a compartirla con las personas que consideres que pudieran necesitarla. De igual forma, si estás interesado (a) en temas de apoyo legal o de corte emocional, visita nuestra página, y si tienes dudas o comentarios, puedes dejarlos en la caja para tal efecto.
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El divorcio con hijos es la fractura que se da en un matrimonio constituido por los progenitores e hijos, y que en vista de esto, los cónyuges iniciaron un procedimiento judicial que concluyó con una sentencia por medio de la cual se decretó la disolución del vínculo matrimonial.
Cabe señalar que la fractura matrimonial, no implica de facto una fractura en el núcleo familiar. Ya que la familia puede continuar con un papá en su casa y una mamá con ellos en su propia casa, por lo que si consideramos es una ventaja para los hijos que ahora tienen dos casas y unos padres felices y dialogantes entre ellos.
En teoría, podemos decir que tendríamos hogares felices si los padres pueden llegar a un buen acuerdo por el bienestar de los hijos. Por ello es que debemos considerar ser adultos, no solo dialogantes sino pensantes.
De acuerdo a nuestra legislación civil establece que en caso de separación de los progenitores, ambos deberán continuar con el cumplimiento de sus deberes. Y podrán convenir los términos de su ejercicio, particularmente en lo relativo a la guarda y custodia de los menores.
En caso de desacuerdo de los padres, el juez de lo familiar resolverá lo conducente oyendo al Ministerio Público. En este supuesto, la resolución que se emita, será con base en el interés superior del menor, y quedará bajo los cuidados y atenciones de uno de ellos.
Sin embargo, el otro progenitor estará obligado a colaborar en su alimentación y conservará los derechos de vigilancia a través del Régimen de Convivencia con el menor. Lo anterior conforme a las modalidades previstas en el convenio de divorcio o resolución judicial.
Las niñas y niños y adolescentes tienen derecho a recibir orientación, educación, cuidado y crianza de su madre, su padre o de quienes ejerzan la Patria Potestad, tutela o guarda y custodia. Así como de los encargados y el personal de Instituciones educativas, deportivas, religiosas, de salud, de asistencia social, de cuidado, penales o de cualquier otra índole.
Queda prohibido que la madre, padre o cualquier persona que ejerza la patria potestad, tutela o guarda, custodia y crianza de niñas, niños y adolescentes, utilice el castigo corporal o humillante. Como forma de corrección o disciplinaria a estos.
De una o de otra manera, la función familiar gira en torno de los hijos, ya que sin hijos no existe la familia, únicamente existe la pareja. Por otra parte, las relaciones intrafamiliares se establecen de acuerdo a la evolución afectiva y psicosexual de los hijos.
Lo anterior es factor determinante en la actitud de un niño cuando llega a la edad adulta, ante el amor y la sexualidad, pues dependerá en gran parte de su propia experiencia familiar. La cual es transmitida a los hijos como un papel determinante como ser humano en todas sus facetas.
De este modo, el niño con la orientación adecuada de sus progenitores irá adquiriendo el dominio sobre sí mismo que le permitirá afrontar la vida en sus diversos aspectos. Preservándolo, hasta cierto punto, de cometer errores que podrían afectar su porvenir como adulto.
Los pequeños problemas, frustraciones, renuncias y sobre todo las limitaciones al egoísmo, preparan al niño para que cuando sea un adulto sepa reaccionar ante supuestos semejantes, pero mucho más adecuadas a la realidad social.
El estado ideal del matrimonio sería como la frase célebre “hasta que la muerte nos separe“. Sin embargo, cuando la vida en común se convierte en un infierno, pretender llegar hasta el final de nuestros días juntos, sería inhumano y absurdo.
Posterior a la separación, sobreviene un mar de emociones en los hijos y sobre todo el conflicto de lealtades con alguno de sus progenitores. Como si fuera operación emocional, dirigida a distinguir entre el padre absolutamente bueno y el padre radicalmente malo.
De esta manera, el niño pretende recuperar una tranquilidad, sin embargo, pronto caen en conflictos internos como abismos afectivos. Ya sea por sentirse empáticos a pesar de todo, por el padre malo o por ceder a sus muestras de cariño.
En consecuencia, el que el divorcio determine un desastre psicológico de los hijos, o, por el contrario, se asimile sin daños colaterales. En gran parte depende de la actitud de los progenitores posterior al divorcio, toda vez que lo que concluyó, fue nuestro proyecto de vida con la madre o padre de nuestros hijos. No así, la relación y función de padres que voluntariamente adquirimos con el matrimonio.
El primer patrón del amor entre un hombre y una mujer de que disponen los niños es el que encarnan sus padres.
Posterior al divorcio con hijos surge el problema de los hogares, desechos y las familias disfuncionales, que hoy en día alcanzan índices alarmantes. Los hijos menores que se encuentran en esta posición de desorganización familiar padecen, de manera paralela, una afectividad mal nutrida. Asimismo, afrontan una carga emocional mal canalizada, problemas de comportamiento que desembocan en el estudio.
Los distintos entornos que se ven afectados por el comportamiento de un divorcio mal canalizado en los hijos son los siguientes:
Atendiendo a las afectaciones de los hijos en sus diversos entornos, una forma de ayudar a que estos acepten el divorcio, es dejar que expresen sus sentimientos. Asegúreles que si sus padres ya no van a seguir viviendo juntos, tanto usted como su otro padre los seguirán cuidando, pero sobre todo amando.
Los efectos que un divorcio puede ocasionar en los hijos pueden ser de contenido emocional y conductual, lo anterior depende en gran parte en cómo los padres manejen la situación ante sus menores hijos.
El juez se abstendrá de otorgar la convivencia provisional cuando exista peligro inminente en la integridad física, sexual o psicológica del menor.
No, la patria potestad es el conjunto de derechos y obligaciones que los progenitores tienen para con sus menores hijos. La guarda y custodia básicamente se refiere a que padre será el que tenga la convivencia diaria con el menor, así como vivir con él.
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